Simple y ferozmente
Escrita en: Abril 24, 2021
A finales del 2020 y ya bien pinche cansado por las tormentas mentales que se hacían arroyos; 24/7 el pensamiento de cuándo volveremos a juntarnos y abrazarnos; harto por todo lo de la “pandemia” —palabra que al pronunciarla o escucharla se me hace muy pinche cursi—, es más, esa palabra, si fuera un programa de televisión, sería “La Familia Peluche”, o si fuera un personaje sería como Mario Bezares o si fuera un plato de barro con comida sería simplemente caca; y si ofendí algún fulano por aquí, les pido mil disculpas, pero mi pecho no es bodega y lo tengo que escupir con todo y mocos. Pues se me dio la fortuna de recibir una llamada de una importante productora mexicana llamada Oveja Negra, lo primero que se me vino a la mente fue: “¿será algún show con Kinky?”. Ja ja ja, tan pendejo yo, Pliego Villarreal, pensando en volver a tocar, no creo. Me llamó Othón Zapata —director de la empresa— y me empezó a explicar un proyecto de béisbol llamado simple y ferozmente: “Béisbol Rocks”.
Othón me empezó a cantar —como en corrido regional mexicano— diciéndome con versos y prosas, casi musicales, ideas de formar 4 equipos, con 10 músicos cada uno, hartos patrocinadores, live streaming y la madre… Yo lo miraba muy lejano, pero no guajiro; yo le daba vueltas a la idea en mi cabeza cual caballito del carrusel hasta que el olor a cerveza, imágenes de músicos en el cuadro y pensamientos de ver cómo portaríamos los uniformes del deporte más hermoso del mundo ¡me enamoró!
Oveja Negra le empezó a dar forma al evento junto con mi compare Shenka —vocal de Panteón Rococo—. Empezaron a invitar a más músicos, buscar fechas para los juegos, patrocinadores y modos pa’ cargar la bazuca y tronar el cuete, ¿el resultado?: 37 pelados y 3 hembras rajándose la madre, tirando sudor y pedazos del corazón en cada turno al bat sin rajarse; aunque algunos nunca habían tenido rumbo y destino de jugar al Rey de los Deportes.
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Se formaron 4 equipos: Los Delays, Los Reverbs, Los Amplifiers y Los Oscilators. Cada equipo hecho y compuesto de pura crema musical mexicana, y dejen les digo que los 4 días que estuvimos juntos, lo menos que se habló fue de nuestros conjuntos o proyectos musicales; todos los músicos gustosos de estar en el torneo, enfocados en los juegos y hacer un buen papel.
Hace mucho tiempo estuve en un campamento de béisbol en Waco, Texas; estuve un buen rato y todos los días, desde que amanecía, eran los entrenamientos, y cada 3 días armaban juegos, drills, etc. Recuerdo bien que cuando volví a casa ya me quería regresar a jugar y volver a sentir lo bonito que es despertar sabiendo que ibas agarrar el bat, la pelota y guante. Esta vez fue muy parecido, estuvimos todos en Texcoco en un hotel donde siempre comí lo mismo y en la misma mesa del restaurant por cábala. Todos de ahí nos íbamos al campo que, la verdad, quiero felicitar a la gente del estadio Academia Municipal de Béisbol de Texcoco, ¡que bárbaros!, tan bonito estadio, todo a la altura de los campos colegiales de Estados Unidos: pasto sintético, muy limpio, los dugouts con banca de colchoncito, baños limpios con papel y, lo mejor de todo, hieleras con líquidos sabrosos.
Al momento de llegar a la ceremonia del primer juego nos dieron los uniformes a cada uno, nombre, ¡cállate! Nos sentíamos todos soñados, caminábamos como pavorreales con plumas paradas y dibujadas, todos tirando aceite; las muchachas Jessy, Tammy y Mayumi se arreglaron las camisolas de unos modos muy bonitos y curiosos y eso le daba más pimienta al torneo.
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Se gritó el play ball y la gente aplaudiendo, gritando, apoyando; mi compare Lanzagorta y Diego Venegas diciendo comentarios filosos y sorpresivos de cada jugador; los ampáyeres siempre dieron una buena labor; pero lo mejor de todo fue la plática amena entre todos nosotros. Ya después del primer juego todos fuimos a buscar cerveza y algunos tacos, y ya desde ahí, la licorería llamada “La Flor” y los tacos “El Güero”, eran el punto pa’ convivir después de los encuentros.
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Me tocó estar en 3 juegos: 2 con mi equipo chulo de Los Delays y uno como refuerzo con Los Oscilators en la final contra los campeones del torneo: el equipo de Los Amplifiers. Y la verdad, por aquí quiero felicitar y mandarles mis respetos a todos mis amigos peloteros profesionales: Cabrones: ¡qué chinga es jugar béisbol diario! Pásenme sus cremas pa’ las patas, brazo y muslo. Yo, pa’l tercer juego, ya no podía, y no creo que me haya afectado la tomadita de los días anteriores, no, eso no creo haya sido, pero, a sabiendas del profesionalismo de esos peloteros, seguiré tomando para venerarlos por su gran rendimiento y poderlos ver diario jugando bonito.
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Aquí en el Béisbol Rocks nos faltará mucha técnica o experiencia, pero sí te puedo recalcar en la cara que nos sobran huevos y ganas de estar en el diamante. Gente lastimada como mi compadre Palomas, nunca bajo la guardia y siempre estuvo ahí; gente que yo había mirado en los festivales y que conocía por nombre y por cara, pero no por alma; gente que ahora son mis amigos, hermanos. Esto se convirtió en una bonita tribu que va seguir girando en forma de torneo para llevarte a ti y a los tuyos un rato sabroso.
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Otros datos importantes del torneo son estos:
La cantidad de gente convocada y dispuesta a participar fueron 40 músicos: 8 jugadores profesionales, 4 managers —incluyendo personajes como el Houston Jiménez—; 30 personas de logística: cabina, cámaras, coordinadores y asesores deportivos; invitados especiales como: El Diente de Oro y Vero Toussaint. Especial agradecimiento al buen Lanzagorta, maestro de maestros, y a Diego Venegas que convirtieron ésto en béisbol real.
Operativo Sanitario correctamente llevado a cabo: 126 pruebas de antígenos —todos los que entraron al campo incluyendo jugadores, producción, umpires, invitados especiales, mantenimiento, etc.—: 125 negativos y un positivo que se aisló y se manejó conforme a protocolo.
Resultado: evento con cero contagios.
¡Baja California, sigues tú!
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Atentamente,
Pliego Villarreal
Imagen principal: Oveja Negra.
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