Confianza pura
Escrita en: Marzo 25, 2021
A lo largo de los años, cuando me enfrento a nuevas posturas de yoga me doy cuenta que mi mundo está a punto de expandirse, surgen muchas preguntas en mi mente sobre la parte técnica y física para realizar lo nuevo desde un lugar seguro. Una vez con la teoría en orden me muevo a este lugar novedoso con mucha curiosidad y apertura, pero lo más importante es confiar en que el cuerpo es capaz de realizar más cosas de lo que yo puedo imaginar con mi limitada mente.
La confianza es algo que a lo largo de los años he intentado aprender, en mi opinión está muy relacionado con la paciencia y mucho también con la disciplina. La manera de lograr algo nuevo en la vida es haciéndolo varias veces y confiando en que algún día, con paciencia, vamos a estar ahí, o tal vez en un lugar más cercano o mejor de lo imaginable.
Para confiar hay que observar los obstáculos primero, tenerlos identificados y poco a poco irlos liberando. El miedo puede ser uno de estos obstáculos, muchas veces el más grande. Algunas veces el miedo se logra localizar en alguna parte del cuerpo o en patrones de conducta provenientes de nuestra mente y de nuestra propia valoración de la realidad, son como piedras duras y dolorosas que nos estorban en el andar de la vida. Para liberarlas existen muchas herramientas como la respiración, ¿alguna vez has sentido un dolor superfuerte en el cuerpo y crees que nunca va a desaparecer? Tal vez la próxima vez que te suceda intenta algo distinto, coloca tu mano en ese lugar donde duele y comienza a respirar lo más profundo que puedas imaginando que desde la palma de tu mano sale un calor lleno de luz blanca y observa como esa luz cura tu dolor. Tal vez tu dolor disminuye, tal vez solamente el ejercicio te distrajo del patrón del miedo a sentir dolor.
Las posturas que nos preparan para realizar la postura del camello o ustrasana en sánscrito, son posturas que estiran la parte frontal del cuerpo, la parte que representa el futuro, abrirse a nuevas oportunidades, explorar el corazón de manera distinta, entrar a rincones emocionales que a veces están desatendidos. Requiere valor y sobre todo confianza en que toda esta preparación es la base para que se abra un futuro más amoroso.
Para realizar esta postura es necesario haber pasado por varias posturas preparatorias, se realiza después de haber practicado posturas que abran caderas de la parte frontal, axilas, pecho, hombros. También haber realizado varias posturas que fortalecen la columna, principalmente la espalda alta. Si existe alguna lesión en la espalda baja o lumbares se necesita hacer mucha fuerza abdominal y no ir tan profundo al principio para mantener salud en los discos vertebrales.
Comenzamos hincados sobre las rodillas, éstas deben estar separadas a el ancho de las caderas o un poquito más, pero no demasiado; los pies paralelos un poco más cerca que el ancho de las rodillas. Comenzamos con las manos justo a la altura del sacro para irlo llevando hacia atrás de las rodillas lo más posible; el pubis se dirige ligeramente hacia el frente y arriba; el abdomen se mantiene completamente activo, en una inhalación se alarga la columna hacia el cielo y poco a poco imaginamos que el corazón va subiendo llevando el torso a una flexión hacia atrás, hasta donde se sienta cómodo; las manos pueden intentar llegar a los talones o quedarse en las caderas o abrir los brazos con amor para recibir el futuro con confianza pura. Al terminar la postura regresa a una postura hincada y coloca tus manos sobre tu corazón, cierra los ojos, respira y agradece.
Fotografías: Blanca Oceguera.
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