Ok, ok, meter un chile sincero y no llorar está cabrón; montar pescado de la cola de una yegua, no cualquiera; ordeñar una vaca y darle un beso a tu señora, ¡a que costumbres tan hermosas! Costumbres preciosas: mear y no escurrir la taza de líquidos, nada fácil, nada sencillo; traer un yoyo en cada mano haciendo trucos sin rasparlos y enredarlos, ¡cómo chingados me matas ese gallo! Patinar con callos de bajada echando chispas y sin frenos, es como llegar amanecido y disfrutar del sereno; comer cebolla y dar un beso, no cualquiera puede eso; partirte el queso y cenar chorizo es un lujo y beneficio; pelar tunas saltando en nopales cantando canciones regionales, canciones celestiales. 

Y es que no cualquier fulano pelotero puede ganar tantos premios en el show de grandes ligas, y me llama un chingo la atención los pocos peloteros que tienen premio de Novato del Año. Y después pasa el tiempo y ese mismo pelotero maneja un equipo y gana premio como Manager del Año; la verdad esta cabrón ese pedo, ¿cómo será la preparación o el amor para seguir en el juego y estar en el diamante después de jugar tantos años, vivir en diferentes lugares, estar de gira y ver poco a la familia? El amor a la pelota es muy fuerte para seguir estando ahí y hacerlo de bonita manera, siempre dándolo todo en cada enfrentamiento, para mí la mejor mezcla para hacer algo bien es: gusto, amor y hartos huevos. 

Frank Robinson jugó de 1956 a 1976; fue catorce veces All-star; campeón de Serie Mundial dos veces; MVP en liga nacional y americana; miembro del Salón de la Fama; etc. Pues Robinson, aparte de tantos logros, ganó premio a Novato del Año en 1965 y Mánager del Año en 1989.

Lou Pinella, ese peladito jugó de 1964 a 1984; fue All-star; tres veces campeón de Serie Mundial y, ahí viene lo bueno, también fue Novato del Año y tres veces Mánager del Año. Lou Pinella siempre fue famoso por encarar a los ampáyeres, tirarles tierra y escombro; desclavar las bases y aventarlas al diamante. Pinella siempre fue show man como pelotero, pero, a mi gusto, fue más espectáculo como manejador, nomás lo expulsaron 63 veces.

Fue un honor tener en mi programa de beisbol —llamado “Pólvora Voz y Diamante”, que sale todos los jueves a las 12:00 p.m. por la pagina de FB: La Vida Baseball— a el gran jugador venezolano Ozzie Guillén, caballo, siempre luchador por los latinos en aspectos políticos y comunitarios y gran persona, tuvimos una plática muy gozada, muy cómoda. 

Ozzie Guillen jugó de 1985 al 2000; fue tres veces All-star, dos veces campeón de Serie Mundial. Era tremendo short stop, tenía un muy bonito estilo defensivamente. Ganó el premio Guante de Oro y lo más valioso, es que es el único latino con premio de Novato del Año y Mánager del Año, y la verdad, con toda sinceridad, creo que van a pasar muchos años mas para que otro latino haga esa hazaña.

Atentamente,

Pliego Villarreal