Nubes y chubascos
Escrita en: Julio 25, 2020
Mitad de mi vida comiendo semillas asistiendo a principios de temporada al mismo estadio: el Blue Heaven, Chavez Ravine, el hermoso Dodger Stadium. No hay cuetes ni palabras para hacer sonar el sentimiento que es para mí estar en el diamante, llegar antes por cerveza, agarrar asiento, oler hasta mormarse, sentir hasta los callos, escuchar y quedarte sordo de todo lo que es el béisbol; luego me regreso a mear para no tener que regresar a medio juego y no perderme ni el más mínimo detalle, siempre tengo que llegar antes de la presentación de line-ups y me retiro después el out 27, a diferencia de los estadios en México que el fandango no para, ya que la música sigue y uno puede seguir mamándose en las partes que tienen preparadas con música de bocinas o conjuntos musicales, cosa que a muchos extranjeros les gusta un chingo del béisbol mexicano, pero en esta temporada nos cerraron los portones, nos apagaron la lumbre con mangueras verdes, nos pusieron frenos y nos cambiaron por cartulinas con sonrisas de mentiras.
El jueves pasado empezó el béisbol por fin, después de muchos meses de larga espera y en la pandemia es mas ojete estar esperando, pero pues ¿qué le hace uno? Paciencia y cerveza, mente en labores diferentes para matar el pinche aburrimiento y la ansiedad del 2020.
En Washington empezó el baile en tiro de Yankees en contra de los Nacionales, dos equipos fuertes con buena rotación y orden al bat, el único gran pedo fue que el COVID-19 no se podía quedar atrás y también participó, tristemente como un jilguero y le pico a Juan Soto, este jugador era clave fuerte en el equipo de nacionales y por la chingada enfermedad quedó fuera del juego y se le cayó todo el plan al mánager de Washington, Dave Martínez, creas o no el béisbol es como ir a comer mariscos crudo o amanecido, llegas con un saboreo de alguna tostada y un bote de cerveza para agarrar valor, pero si no hay aguacate, chiltepín, o la cerveza está caliente, se te cae todo el chistecito y seguirás hecho garras todo el día. Pues así le pasó al mánager, ya que horas antes se le informó el problema, y la verdad Soto es pieza importante en ese equipo, aparte de tener buenos turnos en serie mundial en contra de Gerrit Cole, este último expitcher de los Astros y ahora el as de los Yankees.
El juego empezó de más entretenido con tremendo madrazo y home run de Giancarlo Stanton, un peladito que se me asemeja mucho al actor de películas de acción y comedias llamado The Rock, se la puso muy lejos de home run a nadie más y menos que al campeón del año pasado y ganador de tres Cy Youngs (premio al mejor pitcher), Max Scherzer lanzador de Nacionales, pero no gana el que poncha más si no el que acepta menos carreas, esto es béisbol. Scherzer ponchó a 11 pero aceptó 4 carreras, Yankees trae un equipo muy fuerte, si Judge y Stanton no se lastiman, ¡cuidado con estos peladitos!, son los nuevos Bash Brothers; así les decían a la dupla de Canseco y McGwire cuando jugaban con los Atléticos en los ochenta pegando cantidades encabronadas de home runs. Pues el juego de Yankees contra Nacionales tuvo que parar por un gran chubasco de aguas y lluvias que empezaron asomarse en la cuarta entrada y que ya para la sexta el ampáyer dijo: “¡hasta aquí!”, el juego ya era oficial, Garret Cole se fajó aceptando nada más un home run de Eaton, también en la primera entrada, y así, dando gran espectáculo a las cartulinas de las gradas y a los millones de televidentes mirando desde sus casas.
Después del contrato nuevo que firmó Mookie Betts con Dodgers de 365 millones de dólares por 12 años, quise ver con más emociones el juego de Giants vs Dodgers, rivalidad fuerte en grandes ligas desde 1890, que fue su primer enfrentamiento, cuando aún ambos equipos radicaban en la gran manzana, este juego es todo un clásico en el béisbol. Ayer el caballo fuerte de los Dodgers, Clayton Kershaw, estuvo a punto de hacer historia subiéndose a la lomita a tirar por novena vez en opening day, pero sintió un dolorcito en la espalada y otra vez la magia del 2020 cagando el palo; lo cuidaron y no le dejaron abrir el juego, pues aventaron a un joven esperanzado novato colorado de 22 años llamado Dustin May para abrir opening day. La última vez que un novato abrió el primer juego de temporada fue en 1981 y fue un mexicano llamado Fernando Valenzuela. A Dustin May le fue bien, bueno, tiro 4.1 entradas, acepto 7 hits, pero nomas entró una carrera; en momentos de quemarse la cochera no se la abrió la cajuela, el juego muy apretado, pero en la séptima entrada se desfondó la bolsa y los Dodgers empezaron a pegar como locos anotando 5 carreras, luego en la octava, otras 2, y así ganando el juego 8-1 a los Gigantes de San Francisco. El MVP, para mí, fue Kike Hernández, quien se denomina a sí mismo como el super utility player; desde que se dejó el bigote ha estado prendido con la macana en juegos de pretemporada y ayer no fue la excepción, pues se fue de 5-4 con un home run y 5 carreras producidas.
P.D. Si viste el juego de SF vs LA, en la tercera entrada, Pablo Sandoval pega un elevado al jardín izquierdo con hombre en tercera base, si hubiera estado Chico en vez de Joc Pederson ¿usted cree que Dodgers hubiera blanqueado a Gigantes?
Atentamente,
Pliego Villarreal
Fotografía principal: Adobe Stock.
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