Alcance invertido
Escrita en: Noviembre 06, 2020
A lo largo de nuestra vida vamos experimentando distintas situaciones que nos generan una impresión en una o varias capas de nuestro ser. Muchas veces el contacto con nuestro cuerpo físico a través del movimiento, especialmente en la práctica de yoga, nos permite reconocer emociones contenidas sobre eventos del pasado que tal vez pueden parecer lejanos o que se quedaron guardados en el inconsciente. Este contacto nos ayuda a entender nuestras fortalezas y, como bien diríamos los ingenieros, reconocer nuestras “áreas de oportunidad”. La atención es el estado del ser donde nos encontramos completamente presentes en lo que estamos haciendo, permitiéndonos sentir todo lo que pasa en nuestro cuerpo; desde la humildad nos ayuda a liberar restricciones anteriores.
Nuestras piernas son muy importantes en el proceso del avance, nos permiten caminar, nos muestran la capacidad de avance, el deseo por movernos, ir hacia el cambio, hacia nuevas experiencias; la oportunidad de impulsarnos en la vida. Las piernas permiten que circule nuestro amor a la Tierra hacia las demás partes de nuestro cuerpo.
Regularmente se habla de la comunicación y coherencia que existe en el cuerpo energético a través de los puntos donde converge la energía vital; en la postura de la flexión hacia el frente con una pierna elevada, encontramos mucho estímulo en el primer y segundo chakra, lo que nos conecta con el pasado a través del reconocimiento de la flexibilidad de la parte posterior de las piernas, de la cadera e incluso de la espalda baja.
Urdhva prasarita eka padasana, su nombre en sánscrito, donde urdhva, significa "hacia arriba"; prasarita, "expandido"; eka, "uno"; pada, "pie" o "pierna"; y asana, "postura". De aquí que podamos entender la complejidad y coordinación necesarias de expandir las piernas, manteniendo el torso invertido y el equilibrio sobre un pie, lo que nos refleja que es una postura un poco más avanzada, aunque los beneficios son muy profundos incluso para principiantes.
Para realizar esta postura es necesario haber calentado el cuerpo realizando posturas de pie, como: saludos al sol, guerreros, luna creciente, corredor, flexiones al frente, por nombrar algunas. Lo ideal es ir aumentando la flexibilidad en los bíceps femorales, glúteos y músculos lumbares y con mucha consciencia estar alerta sobre la apertura al pasado y al futuro en nuestro avance.
Podemos comenzar desde la postura de la montaña, pasando el peso del cuerpo al pie derecho, elevando el pie izquierdo en flex hacia atrás y llevando el torso en extensión poco a poco hacia adelante, las manos tocan el piso mientras simultáneamente la pierna izquierda se eleva hacia el cielo. Es muy importante activar el muslo derecho y permitir que la rotación de la cadera sobre el fémur suceda desde la estabilidad de toda la pierna de base concentrándonos en mantener las caderas simétricas. La pierna izquierda está completamente activa, se apuntan los dedos del pie hacia el cielo para activar músculos de atrás y adelante de la pierna simultáneamente para lograr una elevación retadora, pero gentil. Los músculos del abdomen trabajan mucho para lograr liberar la espalda baja y permitir que la cabeza se acerque lo más posible hacia la pierna derecha y la coronilla hacia el piso. Las manos pueden quedarse ambas en el piso o rodear el tobillo derecho con los dedos o tal vez abrazar la parte inferior de la pierna con ambas manos. La vista se puede enfocar en algún punto, ya sea en el suelo o un punto más lejano hacia atrás que nos permita honrar y reconocer nuestro pasado para seguir avanzando nuestra alma hacia el cielo.
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