Guerrero: fuerza y misterio
Escrita en: Agosto 07, 2020
Los guerreros son personas que luchan, que confían, que saben agradecer; son valientes y un poco locos a la vez. Cuando pienso en un guerrero pienso en tantas culturas y civilizaciones distintas que han tenido guerreros en sus tribus, esos que han salido a luchar para proteger y cuidar de sus tierras, sus costumbres y familias.
También, son fuertes porque han aprendido a través de la práctica distintas técnicas, movimientos y, sobre todo, han tenido momentos de introspección profundos. Han experimentado dolor y momentos de intensa soledad donde llegan a reconocer partes inconscientes, saben que estos instantes son pasajeros, que nada es permanentes, que todas las heridas, con el cuidado y la paciencia necesarios, van a sanar y se van a integrar a su experiencia de vida.
Al inicio de cada combate se entregan a las fuerzas superiores para invocar protección, guía e inspiración para poder avanzar en su lucha con entusiasmo y recordar siempre su intención o motivación. A veces también llegan a su límite, sienten que las fuerzas se les van del cuerpo, pero siempre confían en el proceso, juegan y utilizan todos los recursos que tienen, se vuelven creativos hacia las soluciones que plantean para avanzar en su camino.
Para todo guerrero, la determinación es la acción que mantiene sus ideales bien plantados y con bases sólidas, todas las experiencias le enseñan algo, el pasado lo ha forjado, le ha dado carácter y experiencia para poder navegar en el presente con la certeza y arriesga su corazón por algo que vale la pena.
Algunos aprendizajes se pueden repetir a lo largo de su vida, él sabe que entonces ahí sigue alguna lección que le hace falta integrar en su proceso de vida, acepta los cambios y camina con ellos. Cuando siente miedo lo observa de frente, se permite sentirlo, abrazarlo, hacerse uno con él, ya que de esa forma no lo puede tomar por sorpresa, sabe de lo que es capaz. Posee una sensibilidad hacia la naturaleza, las montañas, los ríos, los mares, los animales, las plantas, las piedras; se permite disfrutar de la armonía que le brinda contemplar la Tierra y sus regalos, se identifica y se reconoce en ellos. Permite que el Universo y sus leyes lo muevan hacia las tareas que la vida le brinda.
El guerrero imagina y sueña lo que quiere lograr en su vida, él escogió el camino por el que anda y por eso no protesta cuando aparecen obstáculos, ya que sabe que esto es parte del balance, que la soledad y el vacío son parte de la vida, que para estar lleno hay que vaciar. La limpieza es parte de la sanación y conoce bien el proverbio: “la práctica hace al maestro”.
La postura del Guerrero B, Virabhadrasana en sánscrito, se realiza de pie, un pie adelante apuntando hacia adelante, al otro sacando el talón treinta y cinco grados hacia atrás, la rodilla de adelante queda flexionada sobre el talón y la rodilla apunta hacia los dedos largos del pie. El sacro se dirige ligeramente hacia abajo para impulsar el estiramiento del psoas, la columna se alarga lo más posible para darle libertad al sistema nervioso central y a todos los órganos, los brazos se abren hacia los costados, uno hacia adelante y otro hacia atrás, imaginando que las manos se separan una de la otra para evitar cualquier tensión en el cuello, la vista va hacia la mano de adelante en señal de todos los misterios y oportunidades por manifestarse.
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