Luna creciente: iluminando más al corazón
Escrita en: Julio 31, 2020
Existen varias fases de la luna, este astro celeste que gira alrededor del sol y que es tan importante para los ciclos en la Tierra, los mares, la agricultura y en especial con los ciclos de las mujeres. En varias tradiciones, como en la cultura Maya, es tanta la importancia, que se creó un calendario de trece lunas; también se le atribuyen poderes de creación de vida.
En la astrología simboliza el arquetipo femenino, lo que está ligado al mundo emocional y del alma. Es el mundo del inconsciente, representa los patrones de nuestras emociones y sentimientos. También se dice que es la “energía de nuestro niño interior”, es el planeta regente del signo Cáncer. Feminidad, amor y ternura están también relacionadas con ella.
La postura de la luna creciente tiene como nombre en sánscrito Ashta Chandrasana, es una postura de pie, colocando un pie adelante y uno atrás. El pie de adelante se encuentra bien apoyado en el piso, existe una línea imaginaria que dirige al segundo dedo del pie y a la rodilla hacia adelante; la rodilla se encuentra sobre el talón permitiendo empujar hacia el piso y activar el sentido de arraigo. En el pie de atrás se apoyan todos los dedos de los pies en el piso y el talón se dirige hacia el cielo, esta pierna se mantiene fuerte desde el talón hasta la parte alta del glúteo, para así apuntar la cadera hacia el frente y mantener las dos caderas en la misma línea horizontal. Es importante que el sacro y coxis se dirijan hacia el piso para procurar una espalda baja alargada y evitar cualquier tipo de pinzamiento en las vértebras lumbares. Procura imaginar que las dos piernas se dirigen hacia la línea media para elevar el piso pélvico y desde ahí conectar la pared abdominal para generar balance y extensión en la columna. Los brazos pueden elevarse hacia el cielo con las palmas de las manos mirando hacia el centro y los dedos bien abiertos.
También se puede llevar la postura hacia una apertura más profunda del corazón intentando llevar el esternón hacia el cielo, las palmas de las manos juntas con los dedos entrelazados, liberando los índices para alcanzar a dibujar esta luna que crece desde el talón, hacia la parte de atrás de la pierna, continuando por la columna alcanzando los brazos y la punta de los dedos de las manos. Para este momento avanzado, hay que mantener la respiración muy consciente, ya que la apertura del corazón puede abrir también el acceso a varias de estas emociones del inconsciente al momento presente, permítete mantener la postura en su punto máximo de tres a cinco respiraciones para observar las sensaciones físicas, mentales y sobre todo emocionales. Crece en la apertura, y recuerda siempre hacer el otro lado de la misma forma pasando por una postura neutra, así como mantener el mismo número de respiraciones.
Esta postura ayuda mucho en el desarrollo de tono muscular en las piernas, proporciona flexibilidad en la parte alta del muslo, la parte frontal de la ingle, alarga el psoas, ayuda a trabajar con el equilibrio y a abrir paso al amor para alcanzar el cielo con el corazón.
Fotografía principal: Rafael Garcin.
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