Poder supremo
Escrita en: Noviembre 26, 2020
Existe un mito hindú que cuenta la historia de cuando el poderoso sacerdote Daksha hizo un gran ritual de sacrificio, pero no invitó a su hija Sati ni a su esposo Shiva, el regente supremo del Universo. Cuando Sati se entera de tal evento decide asistir y, una vez que llega, comienza a discutir con su padre. En un arranque donde se encuentra harta de los insultos de su padre le dice: “Ya que este cuerpo me fue otorgado gracias a ti, deseo ser separada de él”, camina hacia el fuego y se lanza sobre él. Cuando Shiva se entera de la devastadora noticia de la muerte de Sati, se quita un mechón de pelo y lo lanza al piso, cuando éste tiene contacto con la tierra se convierte en un poderoso guerrero, al cual nombró Virabhadra; Shiva le ordena que vaya al evento de Daksha para que lo destruya junto con todos sus invitados. Después de una intensa pelea, Shiva decide perdonar a Daksha y éste se convierte en su devoto. Shiva se queda deambulando por diferentes partes hasta que Sati reencarna en Parvati y se casa con ella.
Es importante observar la fuerza y determinación con el que Shiva crea a Virabhadra y le da tales instrucciones. El primer aspecto de este guerrero lo vemos claramente en la postura de virabhadrasana 1, cuando llega al campo de batalla con espadas en ambas manos simulando la fuerza con la que se levanta poderoso de la Tierra. Observar que las decisiones aceleradas como la de Sati de pronto pueden llevarnos a concretar acciones que tienen consecuencias para nuestros seres queridos, la importancia de mantener la calma en las discusiones y el diálogo entre seres humanos.
Las enseñanzas de mitos como éste pueden ayudarnos a expandir la perspectiva sobre la práctica de yoga, donde permitimos a la mente conectarse con emociones o situaciones desde la compasión, en un ejercicio de autoobservación de las experiencias que hemos ido acumulando y como todos estamos interconectados.
La postura del Guerrero 1 es muy utilizada en el saludo al Sol B, regularmente es parte de una secuencia de vinyasa, donde generalmente se mantiene una postura por respiración. Es una postura muy completa en el sentido físico, ya que involucra muchísimos músculos de piernas, abdomen, torso y brazos. En el sentido energético, mueve la energía ascendente desde la Tierra, y subirlo a través de la columna hacia la coronilla y guiarse desde un poder interno, desde el poder personal y la valentía para atravesar distintas situaciones.
Para realizar la postura podemos comenzar desde tadasana, o la postura de la montaña. Llevamos el pie izquierdo hacia atrás, colocando la punta del pie ligeramente hacia afuera, se manda el peso hacia el talón y la parte externa del pie intentando levantar el arco interno, pero al mismo tiempo empujando la bola del dedo del pie hacia el piso para conectar los músculos de toda la pierna. La rodilla derecha está flexionada a la misma altura que el talón, el sacro se dirige hacia el piso, el abdomen se mantiene fuerte y alargado. Los brazos se elevan al cielo, las manos pueden ir juntas en postura de oración simulando las espadas de poder hacia la victoria. La vista puede quedar hacia el frente o dirigir la atención hacia el cielo y conectar con el poder supremo.
Fotografía principal: Shaouraav Shreshtha en Unsplash.
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