Sabiduría lateral
Escrita en: Septiembre 25, 2020
Los rishis o “antiguos sabios” son los creadores de los himnos védicos más antiguos para la religión hindú. El Rig veda es uno de los documentos más importantes creado por estos seres, considerados casi como santos.
Vashista fue uno de los siete principales sabios de aquel tiempo. Vivió alrededor del 2000 a.C. y es el principal autor del séptimo mandala del Rig veda. Fue también gurú de Rama —Dios considerado la séptima reencarnación del Dios Vishnu— por lo cual también se le considera de suma importancia. Su nombre es considerado parte de los gurús de la raza solar.
También existe una cueva muy cerca de Rishikesh —ciudad ubicada al norte de la India, cerca de los Himalayas—. En esta cueva que tiene su nombre —porque pasó ahí meditando muchos años hasta alcanzar la iluminación— se atribuye la creación de un texto muy famoso llamado Yoga vashista que contiene el tratado máximo de la creación del mundo y el juego de la conciencia. Al inicio de este texto, para conectar con la esencia, menciona el mantra: sat chit ananda —la existencia, la conciencia y la felicidad absoluta—. Lo recitan de la siguiente manera:
Saludo a esta realidad Sat en la que todos los seres animados e inanimados se manifiestan como si tuvieran una existencia independiente, permanecen durante unos instantes y desaparecen para siempre.
Me inclino ante esta conciencia Chit que toma la triple forma de conocedor, conocimiento y conocido; desdoblándose como el que ve, la visión y lo visto; y transformándose en el actor, lo hecho y la acción.
Rindo culto a esta felicidad absoluta Ananda que es la vida de todos los seres cuya dichosa manifestación emana del que contempla la espuma de este océano de felicidad.
La postura de la tabla de lado o vashistasana en sánscrito, es una postura lateral de equilibrio. La escogí especialmente para esta semana que estamos experimentando el cambio de estación hacia el otoño y la entrada de la energía del signo Libra. Una temporada para observar el balance entre la luz y la oscuridad, lograr vivir en nuestro máximo potencial y actuar con la ligereza del elemento aire.
También la concibo importante porque existen pocas posturas laterales en las típicas secuencias de yoga, por lo tanto, genera una conciencia distinta de los lados del cuerpo y también conecta con los hombros.
Para realizar esta postura comenzamos desde la postura de la tabla, rotando los talones hacia el lado izquierdo; los pies pueden quedar uno adelante del otro apoyados toda la planta del pie o los costados de los pies firmes en la Tierra; también pueden quedar un pie arriba del otro. Las piernas están completamente activas; el sacro se dirige hacia atrás de las rodillas; el piso pélvico y abdomen bajo se activan para mantener a la cadera arriba y lograr encontrar el equilibrio entre las piernas y el torso. La columna se alarga; el brazo se extiende hacia el cielo con los dedos intentando alcanzarlo; la mano que está en el piso —a la izquierda en esta ocasión— se queda justo debajo del hombro para darle estabilidad a esta articulación y empujar el piso para conectar con la energía de la Tierra. La vista puede quedar hacia donde el corazón apunta o puede ir hacia el dedo más largo de la mano que va hacia el cielo en señal de conexión con la sabiduría y conocimiento de este ser magnífico que nos trajo tanto conocimiento a la humanidad, Vashista.
Fotografía principal: Anubhav Arora en Unsplash.
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