Garza
Escrita en: Junio 04, 2021
El mundo de las aves me parece fascinante, seres que viven entre el cielo, el agua y la tierra; que flotan por los aires y que caminan hacia adelante sobre el agua aún con sus patas que doblan al contrario de nosotros los humanos, arraigando su andar en cada uno de sus pasos. Generalmente se alimentan mientras caminan sobre aguas poco profundas de pantanos y estanques capturando peces, ranas y otros animalillos acuáticos.
Cuando están volando mantienen su cuello en forma de S, con la cabeza echada para atrás y las patas colgando. Sus picos son anchos, rectos y puntiagudos; sus alas son anchas, en la punta generan un tipo polvo que utilizan para acicalarse y lograr la limpieza general de su cuerpo. La capacidad de volar y caminar indica una capacidad de adaptarse, de fluir con los atributos líquidos y los vientos del cuerpo.
Casi siempre que buscamos algo afuera de nosotros ya existe en nuestro interior, por ejemplo, nuestra mente, ese espacio etéreo donde existen pensamientos que nos reflejan a veces recuerdos, memorias o también sueños y objetivos. Encontrar la claridad en lo que pensamos puede encontrarse a veces en un simple suspiro y algunas otras en procesos más extensos de autoconocimiento donde generalmente se nos invita a cerrar los ojos para ver el mundo interior. Entender la capacidad ilimitada de nuestra mente es también algo que podemos aprender, los distintos patrones que inconscientemente generamos en nuestra realidad pueden verse afectados por la continua actividad mental sobre los mismos pensamientos; pasamos mucho tiempo observando lo incómodo y lo que queremos cambiar, cuando de pronto ver como nuestro cuerpo sigue fluyendo, sigue respirando y mudando de piel, puede acercarnos a la idea de “dejar ir” de “fluir”.
La postura de krounchasana es una excelente postura para soltar el pasado de nuestro andar, para que todas las experiencias vividas se hagan parte de nosotros dentro o fuera del cuerpo. Esta postura parte del héroe, ese que ya se encontró consigo mismo en las batallas, en las más difíciles situaciones que jamás hubiera imaginado y es de ahí que buscamos dejar flotar el pasado conscientemente de un lado y después del otro para encontrar las distintas sensaciones de nuestro lado masculino y femenino.
Para realizar esta postura es necesario haber realizado varias posturas que activen la flexibilidad de la parte de atrás de las piernas para poder flexionarnos al frente sentados. Comenzamos en virasana o postura del héroe colocando los isquiones en el piso y los pies a los costados de los muslos, o también podemos comenzar en dandasana para proteger rodillas. Liberamos la pierna derecha hacia el frente; con el pie en flex llevamos el torso hacia adelante para con las dos manos tomar la planta del pie y elevar la pierna hacia el cielo; volvemos a la extensión de la columna procurando que las tres curvas se activen y así alargar la coronilla hacia el cielo. Los brazos están fuertes ayudando a la pierna a acercarse al pecho para realmente soltar la parte de atrás del cuerpo y en un acto de humildad ofrecer nuestro centro energético del tercer ojo hacia la pierna para buscar adentro y poder observar nuestro camino con los ojos de la intuición y confiar en las respuestas que ya existen dentro de nosotros.
Fotografía principal: Sandeep Kr Yadav en Unsplash.
Fotografía interior: Blanca Oceguera.
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